Mi mate querido, es un compañero de viajes callado que me brinda calor cuando frío y companía cuando calor.
Mi abuela
Conocí el mate cuando nací, mi abuela materna allá en Salta, con sus más de 70 años, solía armar el fuego en el suelo con ramas secas que traía del gran patio de su casa. Ponía la parrilla y la pava y se sentaba en un banco diminuto. Tomaba la yerba, la ponía dentro del mate y de a ratos tomaba la pava para poner agua en esta bebida amarga. Yo solía sentarme junto a ella mientras me contaba historias de su vida de niña y cuán diferente era todo a la actualidad que vivíamos en ese momento.
Mi abuelo
Mi abuelo paterno, solía hacer el mismo ritual, pero el los tomaba dulce. Gaucho de nacimiento siempre cargaba consigo un sombrero marrón que parecía no envejecer con los años. Recuerdo que siempre que contaba sus historias de campo, mencionaba que siempre estaba presente, el mate.
Mi madre
Al crecer, vi como mi abuela materna, realizaba el mismo ritual, pero esta vez lo compartía con mi madre, mientras ella trabajaba, mi abuela firme en una silla le brindaba mate para que tome fuerzas para seguir trabajando y de esta forma, le hacia compañía.
Mi hermana
Tengo una hermana que se fue a Córdoba, Argentina a estudiar medicina. A los 18 años dejó nuestra ciudad para poder convertirse en profesional de lo que más amaba. Recuerdo los veranos cuando venía a visitarnos, mientras estudiaba, mateaba.
Durante unos años me mudé a Córdoba con ella para poder estudiar periodismo. Vivimos juntas por un tiempo y allí fue cuando este ritual se convirtió en parte de mi vida. Luego de almorzar, mi hermana solía sentarse ante la televisión a hacer la digestión tomando mate. Yo miraba asombrada por que repetía estos pasos haga frío o calor, y por supuesto, indicaba cuán feo era esta bebida para mí.
Hasta que un día el frío fue demasiado y acepté compartir un mate caliente con ella. Allí fue cuando este ritual se convirtió en algo que compartía a diario con mi hermana.
Mis compañeros
Jamás fuí adicta al mate, no era fanática, si bien lo tomaba sólo lo hacía con mi hermana. En la universidad sin embargo, noté que todos se sentaban en el patio del lugar, a compartir un rato entre clase y clase, y tomaban mate.
Si, para asco de muchos, es un solo mate el que se pasa de boca en boca, y como dijo por ahí un Norteamericano amigo, es un ritual que hacemos entre personas para compartir historias, anécdotas o sólo para compartir.
Mate internacional
El tiempo que viví en Estados Unidos, por supuesto que llevé mi bebida. Para mi sorpresa, un amigo me vió sacar en pleno auto mi mate y con gran entusiasmo me pidió uno, Me dijo que el también tenía el suyo en su oficina (no lo podía creer), él era Polaco.
De ahí el resto lo miró con duda, pero lo probó, y se hizo costumbre entre nosotros, tomar mate.
Mi amigo viajero
Podrán leer miles de historias o significados diferentes del mate, de cómo se prepara o de donde es. Mate frío, caliente, amargo, dulce, con yuyos (menta, peperina y otros agregados para más sabor), pero mi mate para mí es más que una bebida.
El mate compartió conmigo viajes, amigos, anécdotas. Me gusta pensar en él como un amigo, que está conmigo pase lo que pase, lo cuido mucho, por que muchos queridos amigos tomaron de él y sé exactamente el lugar en el que lo hicieron y el momento.
Definiciones
Asignaron por extensión ese nombre a bebida elaborada a partir de la yerba (ilex paraguariensis), producto de su infusión. La calabaza utilizada es el fruto de la lagenaria vulgaris. para sorber la infusión se utiliza una cañita o bombilla, originalmente llamada tacuarí en cuyo extemo se colocaba una semilla ahuecada que servía de filtro.
Descripción matera por un amigo Norteamericano – Joe Previte (Mate Social Practice in Argentina http://jjprevite.wordpress.com/2013/10/09/mate-a-social-practice-in-argentina/)
Yo tomo mi mate amargo, con yuyos y yerba compuesta, vos?




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